Ayer, en mi lúdica tarde de paseo por la Quinta Normal, me encontré con dos amigos del colegio (Pancho y el Andrés), que estaban en una de las canchas jugando basquet, mientras conversabamos, me puse a jugar con ellos, unos tiros por acá y por allá.. y recordé aquellos tiempos de basquet, dedos doblados, llegar a la casa a las 8 de la noche (en invierno era de noche) echa mierda, pero era tan entretenido, claro está, en ese tiempo mi estatura no me jugaba mucho a favor, un metro cuarenta jajaja, contra el Javier 1.92 ajaja y todos los pelmazos que o bien, los veía muy grandes porque yo era muy chica, o realmente los pollos con hormonas causaron efecto en ellos, la cosa es que me costaba bastante jugar siendo tan pequeña, pero aun así, amaba quedarme horas y horas en el colegio jugando..
Bueno, a todo esto, decidí contar esta historia aparte, porque luego de jugar con ellos y recordar todo ese tiempo, me acordé de una anécdota graciosa, cuando una vez jugaba con la Caco (amiga de la infancia) y mi papá, con mi recién comprada pelota de basquet no apta para mi pequeño patio de entonces.. y la lanzábamos de un lado a otro..cuando de pronto mi papá enciende un cigarro (dando a entender que se retiraba del juego), y se corre hacia la parte sin pasto, fuera del baño (específicamente, parado justo adelante de la ventana del baño) y la pelota en mi poder, es lanzada a los brazos (pequeños brazos) de la Caco, quien al recibirla grita "tío!" y con velocidad la lanza a las alturas en dirección a mi papá, quién mira, hace el ademán de levantar los brazos (me imagino que al mismo tiempo recuerda que tiene un cigarro en la mano), pero no lo consigue.. la pelota pasa por sobre su cabeza, directo a la ventana y... scrach! adiós ventana.. jajaja ahí fue cuando decidimos, en conjunto.. que la pelota, solo fuera de la casa. Esa pelota, a la semana terminó en el techo de un vecino y fue el fin de mi carrera de basquetbolista jajajaja..
No hay comentarios:
Publicar un comentario