jueves, 2 de julio de 2009

At the Moment


¿Y qué con los demás?

¿Si un día me levanto y ya no me importan?

Ya no hay un qué dirán, ni un qué diré,

solo yo y nada más,

y no me acusen de misantropía,

no, no hay que victimizarse,

sólo es una reestructuración

a nivel casi dogmático.

Ya no creo en los dichos de la vieja escuela,

en la ley de causa/efecto,

en que todo se devuelve en esta vida,

¡mentira!,

significaría que todo es recíproco,

y de nuevo, ¡mentira!,

sólo hay un ya, un sí y un “go”,

los demás, son clichés para coartarnos y así

asegurarnos de no ser algo tan monstruoso,

que nos alcance para entrar al cielo,

y dentro de nuestra maquillada monstruosidad,

seamos los hijos pródigos, que tienen metas,

matrimonios, millones de dólares, moral y

muchos pecados, pero qué va,

basta con arrepentirse y serás perdonado,

y nada de miradas culpógenas,

porque “Él” está de testigo de

tu sincero arrepentimiento,

si no, siempre nos queda

el derecho a la duda razonable,

y esperar que en un rebote la vida

nos devuelva lo que dimos,

para mal o para bien de los demás.